La era del Next-Gen ha sido caracterizada por carreras en pistas intermedias. Desde la introducción de los autos Next-Gen, las pistas de 1,5 millas de extensión se han convertido en los lugares más cautivadores en la NASCAR Cup Series. La reducción de potencia y las cualidades aerodinámicas de los autos Next-Gen son los factores responsables de esta transformación. En consecuencia, el organismo regulador ha sido motivado a explorar pistas alternativas que puedan albergar carreras, reemplazando algunos lugares que no han logrado entregar resultados satisfactorios. Una de esas pistas que ha estado esperando ansiosamente el regreso de la NASCAR por más de veinte años es el Chicagoland Speedway. Se han realizado numerosos esfuerzos para facilitar el regreso de la pista, y ahora el piloto veterano de Joe Gibbs Racing ha presentado algunos argumentos convincentes en apoyo a la reintegración de la pista. Además, también identificó la carrera que cree que debería ser sacrificada para dar paso al Chicagoland.
Denny Hamlin específicamente sugirió que la configuración de la carrera de Road Course en el Charlotte Motor Speedway, conocida como ROVAL, debería ser la primera en ser reemplazada. Esta carrera en particular, que se convirtió en una carrera de circuito en 2018 como la segunda carrera en la renombrada pista que alberga la Coke 600, no logró cautivar tanto a los fanáticos como a los pilotos. Durante el mismo episodio del podcast, el tres veces ganador del Daytona 500 también discutió el potencial regreso del Kentucky Speedway a la NASCAR. Destacó el hecho de que, aunque es una pista de alto nivel, las instalaciones allí no están a la altura y se necesitan reformas significativas. La pista no ha tenido carreras desde 2020.
Los coches Next-Gen están específicamente diseñados para pistas de 1,5 millas, y si la NASCAR desea expandirse y producir carreras más emocionantes, deben considerar la organización de más eventos en pistas similares. Al reintroducir pistas históricas que han sido dejadas atrás, pueden mitigar cualquier posible reacción negativa de los aficionados.