Cuando Carlos Sainz – un agente libre para 2025 debido a su liberación de Ferrari para abrir espacio a Lewis Hamilton – considera sus opciones futuras, una oportunidad en Red Bull destaca como la elección más lógica. Esto es especialmente cierto considerando las incertidumbres en torno a Mercedes y sus luchas continuas con las regulaciones actuales.
La pregunta de si Sainz reemplazaría a un Max Verstappen en salida o se uniría a él como su compañero de equipo, potencialmente ocupando el lugar de Sergio Perez, añade otra capa de complejidad a la decisión. La dinámica de poder dentro de Red Bull complica aún más las cosas, ya que la capacidad de Horner de mantener su posición depende de desafiar la amenaza de Verstappen de irse, lo cual hizo durante la carrera en Jeddah.
Los comentarios positivos de Horner sobre Sainz en Melbourne, resaltando su valor potencial para el equipo, están alineados con su estrategia de enviar un mensaje a los Verstappens: «Carlos en un Red Bull versus Max en un Mercedes. ¿Cómo crees que se desarrollaría esto?»
Sin embargo, consideremos la posibilidad de que el interés de Horner en Sainz sea genuino y persista incluso si Verstappen decide quedarse. La actual tregua entre Horner, Marko y Mintzlaff, las figuras principales de la empresa matriz de Red Bull, significa que ninguno de ellos se va a ninguna parte por ahora. Con Marko al mando, la razón de Verstappen para irse y su capacidad contractual para hacerlo ya no son válidas.
Dada la naturaleza volátil de la situación, todas las suposiciones deben hacerse con precaución. Sin embargo, ¿podría Sainz ser una alternativa viable a Perez junto a Verstappen en 2025?
Un obstáculo frecuentemente citado es la tensión que existía entre Sainz y Verstappen cuando eran compañeros de equipo en Toro Rosso de 2015 a 2016. Aunque muchas cosas han cambiado desde entonces, algunas de las dinámicas permanecen relevantes, aunque en dirección opuesta. Esto puede hacer que Sainz sea una opción atractiva para Horner precisamente porque puede no ser tan atractivo para los Verstappens.
Durante su tiempo en Toro Rosso, las dinámicas fueron influenciadas por la determinación de Marko de traer a Max a la familia Red Bull, a lo que Jos Verstappen se resistió. Marko había sido convencido del talento excepcional de Max desde 2012, cuando Max aún estaba en el karting. Sin embargo, Jos se resistía a dejar que Max se uniera a cualquier programa de piloto júnior, ya que eso significaría renunciar al control y limitar su poder de negociación en el futuro. Jos creía que era mejor para Max permanecer independiente y seguir causando una fuerte impresión en cada etapa de su carrera.
La estrategia de Jos resultó ser correcta, ya que resistió con éxito la presión de Marko hasta el momento adecuado, asegurando el contrato de Fórmula 1 de Max. El desafío de los Verstappens demostró su independencia e influencia dentro de la organización, una dinámica que continúa hasta hoy.
Por otro lado, Sainz tuvo un camino diferente hacia Toro Rosso. Había sido parte del equipo júnior de Red Bull durante varios años, ganándose su lugar a través de resultados consistentes en la Fórmula Renault 2.0 y Renault 3.5. Mientras que Carlos Sr., el legendario campeón mundial de rally, apoyaba la carrera de su hijo, permanecía en un segundo plano, interviniendo solo cuando era necesario.
A pesar de sus caminos diferentes, Sainz demostró ser un competidor formidable. Con cinco temporadas de experiencia en monoplazas en comparación con una de Verstappen, Sainz tenía una base sólida, impulso competitivo y talento abundante. Había poco para separar a los dos novatos en pista, con Sainz superando frecuentemente a Verstappen en la clasificación y Verstappen destacándose en las carreras.
Su dinámica fue establecida desde temprano, con Sainz clasificando para el Q3 en su primera carrera juntos, el Gran Premio de Australia de 2015, mientras Verstappen no lo lograba. Jos, observando desde el garaje, estaba descontento con el momento de la vuelta de Max y expresó sus preocupaciones a Marko. Este incidente resaltó la determinación de los Verstappen de no ser subordinados a nadie dentro del equipo.
A pesar de que Sainz enfrentó contratiempos, como una oportunidad perdida de podio en Mónaco debido a una tuerca de rueda atascada, él se mantuvo enfocado y continuó compitiendo. La cuestión de los planes de carrera resurgió en Sochi 2016, la última carrera de Max con Toro Rosso, cuando sus ingenieros se desviaron del plan para darle una posición más favorable. Esto llevó a la ira de Tost y al despido de dos ingenieros, que fueron posteriormente reubicados por Marko.
El talento excepcional de Max, gestionado y expresado a través de su equipo, le otorga un nivel de independencia incluso cuando él y Red Bull alcanzan gran éxito juntos. Jos es vocal en defender los mejores intereses de Max, incluso oponiéndose públicamente a decisiones que pueden no ser favorables para él, como dar prioridad a los pits a Pérez en Mónaco en 2022. Marko a menudo se encarga de mediar entre Jos y el equipo de carrera, pero los conflictos inevitablemente surgen.
La tensión subyacente entre Horner y los Verstappens se ha vuelto más pronunciada en la actual lucha por el poder, exacerbada por el presunto comportamiento de Horner y la ausencia de Mateschitz. Jos y Max se han alineado firmemente con Marko, con Jos pidiendo públicamente la renuncia de Horner. Horner, luchando por mantener el control del equipo, está dispuesto a dejar ir a Max si es necesario, aunque preferiría que se quedara en ciertos términos.
Desde el punto de vista de Horner, reclutar a Sainz sería una opción atractiva, ya que reduciría la dependencia del equipo de Max. Si Max decidiera quedarse, la presencia de Sainz proporcionaría un compañero de equipo más competitivo de lo que ha enfrentado en los últimos años, lo que podría cambiar el equilibrio de poder dentro del equipo. Mientras tanto, Sainz se centraría en su rendimiento, como lo ha hecho en el pasado.
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