Hace más de un siglo, Bugatti ha diseñado automóviles para ser los más especiales y exclusivos del mundo, desde la mecánica hasta los acabados hechos a mano, en procesos altamente exigentes. La pintura es uno de ellos, respetando exactamente el mismo modelo desde la fundación de la marca, con una duración de 600 a 700 horas de trabajo: ¡29 días!
«Ettore Bugatti creció en una familia de artistas, y su lienzo era el automóvil, incluso antes de que las personas consideraran los modelos de la marca como obras de arte. Mantenemos ese espíritu hasta el día de hoy en Bugatti, asegurando que todos los aspectos del diseño y la producción se realicen con dedicación a la excelencia estética», explica Christophe Piochon, presidente de la marca francesa.
Simon Vetterling es el especialista responsable del departamento de pintura en Bugatti, encargado de cumplir con los «altos estándares de calidad de la marca, semana tras semana, coche tras coche». Y supervisa cada etapa.
Preparación: antes de aplicar la primera capa del producto que prepara la superficie del coche, se verifica toda la estructura para reparar posibles fallas. Solo después, con el acabado impecable, se aplica una capa de imprimación y se lija nuevamente para evitar la formación de ondas o imperfecciones imperceptibles. El tiempo promedio para completar este proceso es de 200 horas por coche, o nueve días…
Pintura: se inicia la pintura a pistola para la aplicación de los colores seleccionados. Proceso relativamente rápido, al que le sigue una nueva fase de inspección para identificar posibles variaciones. No hay retoques que hacer: en caso de imperfección, el automóvil vuelve al taller para ser repintado.
Pulido: con la pintura de acuerdo a los estándares de Bugatti, los modelos pasan al pulido, donde estarán alrededor de 4 días.
En total, cada Bugatti pasa entre 600 y 700 horas en la pintura antes de ser colocado en el túnel de luz, donde permanece otras diez horas para confirmar que no hay ninguna mancha o falla.
¡PERO HAY MÁS…!
Aproximadamente un mes es lo que tarda Bugatti en completar la pintura de sus superdeportivos, cuando no se trata de una pintura personalizada, como la del Divo «Lady Bug» presente en las imágenes que ilustran este artículo, un desafío tan complejo que la marca de lujo llegó a considerar renunciar al pedido, con un valor de más de 5 millones de euros.
El trabajo de alinear milimétricamente 1600 diamantes en la carrocería del Divo, siguiendo un efecto complejo de degradado, resultó en varias decenas de intentos fallidos. Solo para acertar con el patrón, se tardó medio año. En total, se dedicaron 18 meses al proyecto «joaninha».