Singapur ha lanzado recientemente un programa de incentivos financieros para animar a los motociclistas a deshacerse de sus vehículos más antiguos, en una iniciativa destinada a mejorar la calidad del aire en el país.
La Agencia Nacional del Medio Ambiente (NEA) ofrece hasta el equivalente de €2,400 a los propietarios que elijan cancelar el registro de sus motocicletas fabricadas antes del 1 de julio de 2003.
El programa, que cubre alrededor de 27,000 motocicletas elegibles, ha tenido una gran aceptación. Hasta ahora, aproximadamente 24,500 propietarios se han unido a la iniciativa, con 23,500 vehículos completamente desechados y unos 1,000 convertidos en esquemas especiales.
Para los entusiastas que deseen conservar sus motocicletas clásicas, existen alternativas. Los propietarios pueden optar por registrar sus vehículos en el Esquema de Vehículos Clásicos (CVS) o en el Esquema de Vehículos Vintage Revisados (RVVS). Sin embargo, estas opciones limitan el uso de los vehículos a solo 45 días al año.
La NEA aclaró que las motocicletas más antiguas que no se unan al programa podrán seguir circulando hasta el 30 de junio de 2028, siempre que cumplan con normas de emisión más estrictas. Después de esta fecha, estos vehículos estarán prohibidos de circular en las vías públicas.
Esta medida forma parte del esfuerzo más amplio de Singapur para reducir la contaminación del aire y mejorar la calidad del aire. Refleja una tendencia mundial de mayor conciencia ambiental y la implementación de políticas más estrictas con respecto a los vehículos más antiguos y contaminantes.
El programa plantea preguntas sobre el equilibrio entre preservar el patrimonio automotriz y la necesidad de abordar preocupaciones ambientales urgentes. Mientras algunos propietarios ven esto como una oportunidad para deshacerse de vehículos antiguos, otros expresan preocupación por el impacto en la cultura de las motocicletas clásicas.
A medida que se acerca la fecha límite de 2028, es probable que veamos más debates sobre el futuro de los vehículos antiguos en Singapur y, potencialmente, en otros países que puedan considerar medidas similares.