La subsidiaria de Toyota, Daihatsu, anunció este miércoles 20 de diciembre la suspensión de todas las ventas después de detectar resultados falsificados en pruebas de seguridad y emisiones.
La empresa tomó esta decisión después de recibir los resultados de una investigación externa que identificó información manipulada en 25 tipos de pruebas a los que fueron sometidos los modelos de la marca.
Las irregularidades afectan a 64 modelos de Daihatsu y tres motores de vehículos, incluyendo 22 modelos y un motor comercializado bajo la marca Toyota, así como otros fabricados para las marcas Mazda y Subaru, según un comunicado emitido por Toyota.
Daihatsu «ha decidido suspender temporalmente las ventas de todos los modelos actualmente en producción, tanto en Japón como en el extranjero», mientras que Toyota «también ha decidido suspender temporalmente las ventas de los modelos afectados», indicó la empresa.
El gigante japonés también expresó «sinceras disculpas por las molestias y preocupaciones» causadas por la situación.
Cabe recordar que en abril pasado, Daihatsu reconoció la existencia de irregularidades en los datos de seguridad enviados a los reguladores sobre las pruebas de colisión en cuatro modelos, que afectaron a un total de 88,000 vehículos fabricados en Tailandia y Malasia en 2022 y 2023. Las irregularidades llevaron a la suspensión de la producción de dos modelos, el Rocky y el Reize, este último fabricado para Toyota.
Además de detener la producción y distribución de los vehículos, Daihatsu «realizó verificaciones técnicas, caso por caso, a cada vehículo para garantizar que el nivel de seguridad y el rendimiento ambiental cumplan con los estándares legales», agregó el comunicado.
Daihatsu es uno de los principales fabricantes de vehículos ligeros pequeños, muy populares en Japón y en los países del sudeste asiático, y desempeña un papel fundamental en la estrategia de expansión de ventas de Toyota en todo el continente asiático.