Pasar a conducir un vehículo 100% eléctrico sin cambiar de automóvil. Esta será, quizás, la forma más económica de adoptar la tecnología de baterías, convirtiendo su automóvil de todos los días, a gasolina o diésel, en uno eléctrico con una autonomía de hasta 300 kilómetros entre cargas.
Esta es la propuesta de la start-up alemana e-Revolt, una empresa especializada en la conversión de vehículos con motores de combustión interna (ICE), con la creación de un kit que es compatible con 42 modelos de los principales fabricantes de automóviles, incluyendo VW Golf y Polo, Audi A3 y Seat León.
La ventaja competitiva de e-Revolt frente a empresas competidoras es el tiempo anunciado para cada transformación, de solo ocho horas. «Quitamos el motor de combustión y tenemos una estructura que aprovecha los puntos antiguos del motor», explicó Timo Walden, gerente de proyectos de e-Revolt. «Podemos cambiar fácilmente solo el motor por el nuevo marco y los componentes. Y es por eso que somos mucho más rápidos», añade.
Con un costo total que varía entre los €12 000 y los €15 000 euros, el módulo de baterías instalado en los automóviles convertidos por e-Revolt permite una autonomía estimada de 250 a 300 km con una sola carga, un rendimiento que la empresa quiere mejorar rápidamente. «Este es un punto positivo, porque nuestros automóviles, o nuestras soluciones, son modulares. Entonces, si, por ejemplo, algún día tenemos acceso a una batería mejor, no necesitaremos el tiempo que normalmente necesita un OEM [fabricante de equipo original] (dos, tres años o más) para colocar esta nueva batería en el vehículo (…) – todo, cada componente, puede ser reemplazado por un componente diferente», concluyó ese responsable.