McLaren alcanzó una notable victoria en la carrera de Fórmula E en São Paulo, con Sam Bird adelantando a su ex compañero de equipo Mitch Evans, de Jaguar, en una emocionante exhibición. En contraste con su enfoque conservador en el pasado, Bird aprovechó la oportunidad para avanzar, a pesar de haber sido advertido sobre las temperaturas de su McLaren NEOM con motor Nissan. Esta victoria marcó un giro significativo para Bird, quien ha enfrentado desafíos en las últimas temporadas. La carrera en sí no estuvo exenta de dificultades, ya que la mayoría de los autos en la pista enfrentaron problemas con el intenso calor. Las baterías Gen3 se desempeñaron bien, pero administrarlas a lo largo de la carrera presentó nuevos desafíos. Bird y Evans emergieron como los líderes, con Evans inicialmente pareciendo tener la ventaja. Sin embargo, una pérdida de impulso en la última vuelta permitió que Bird hiciera un movimiento decisivo y asegurara la victoria. Evans expresó frustración por la pérdida de potencia, pero reconoció que el fuerte desempeño de Bird probablemente habría resultado en una victoria de todos modos. La victoria de Bird fue merecida, y demostró habilidad al conducir en condiciones desafiantes. El equipo de McLaren celebró su éxito, reconociendo las decisiones estratégicas que contribuyeron a su victoria. El compañero de equipo de Bird, Jake Hughes, enfrentó problemas con la temperatura de su auto, lo que influyó en las instrucciones dadas a Bird durante la carrera. Al seguir esas instrucciones y manejar la temperatura de manera efectiva, Bird logró asegurar la victoria en los momentos finales de la carrera. Esta victoria trajo alegría y alivio a Bird, quien declaró humorísticamente que aún tiene lo necesario para competir al más alto nivel. Todo el paddock celebró el logro de Bird en una tarde calurosa en Brasil.
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