Crónicas de un desenlace anunciado. La componente híbrida de los Rally1 en el Mundial de Rallies (WRC) será eliminada en 2025. Los nuevos reglamentos deportivos y técnicos aún están siendo definidos, y se espera que sean publicados antes de finales de junio.
Desde que los Rally1 híbridos fueron introducidos en 2022, la tecnología -costosa- nunca tuvo un verdadero éxito. No fue capaz de atraer a nuevos fabricantes, con Hyundai y Toyota siendo los únicos constructores directamente involucrados. Ford, representada a través del proyecto de M-Sport, está cada vez más lejos de sus competidores en términos de competitividad y financiamiento.
Este miércoles, el Consejo Mundial de la FIA se reunió y allí se presentó la hoja de ruta para el futuro del WRC por parte del Grupo de Trabajo del WRC. El documento, solicitado en diciembre por el presidente de la entidad federativa, Mohammed Ben Sulayem, fue aprobado. En su elaboración participaron Robert Reid, David Richards, Garry Connelly, Ronan Morgan, Andrew Mallalieu, Andrew Wheatley y Xavier Mestelan Pinon.
El informe propuso objetivos y un marco temporal para los cambios en el WRC. Desde el principio, se estableció que los Rally1 seguirán siendo utilizados en 2025 y 2026, pero se eliminará la unidad híbrida y el rendimiento será compensado con una reducción en el peso general, el restrictor de aire y la aerodinámica. Los Rally2 seguirán evolucionando y tendrán la posibilidad de utilizar un kit WRC con un restrictor y escape más grandes, así como paletas de cambio y un alerón trasero, con el fin de mitigar la diferencia de rendimiento entre los Rally1 y los Rally2.
En 2026 se impondrán regulaciones revisadas para los Rally1, basadas en el concepto actual. La potencia deberá ser de 330cv, con el rendimiento del motor controlado por una curva de binario de referencia para todos los coches. Habrá un límite de costos para el motor y la transmisión, y la tecnología estará limitada a la equivalencia en los Rally2. También se limitará la eficiencia aerodinámica, además de introducir una restricción de velocidad máxima en beneficio de la reducción del desarrollo y los costos.
En cuanto a los costos, cada coche solo podrá costar hasta 400 mil euros, y los constructores deberán ponerlos a la venta inmediatamente después del final del parque cerrado de una ronda del campeonato.