Volvo ha puesto fin a los motores diésel, el pasado martes 26 de marzo, después de 45 años de uso de motores Diesel.
La marca sueca produjo más de 9 millones de modelos con motor diésel desde 1991, a pesar de que el primer automóvil diésel de Volvo, el 244 GL D6, fue revelado en 1979.
El último modelo con motor diésel, producido por la marca sueca, un XC90, salió de la unidad de producción en Torslanda, Suecia, con destino al museo de la marca en Gotemburgo esta semana.
El cambio de filosofía de Volvo es notable ya que hace solo cinco años, el motor diésel lideraba las ventas de vehículos nuevos. En ese momento, la mayoría de los automóviles que Volvo vendía estaban alimentados por un motor diésel, mientras que los modelos electrificados apenas estaban comenzando a hacerse notar.
Desde entonces, esta tendencia se ha invertido en gran medida, impulsada por la evolución de la demanda del mercado, por regulaciones de emisiones más estrictas y por la apuesta de Volvo por la electrificación. La mayoría de las ventas de la marca en Europa ahora consisten en automóviles electrificados, con un tren motriz totalmente eléctrico o híbrido enchufable.
Recuerde que la estrategia de Volvo es intensificar su estrategia de electrificación con una fuerte inversión para la creación e implementación de nuevas tecnologías y instalaciones de producción adaptadas al futuro, con el objetivo de comercializar solo automóviles totalmente eléctricos para 2030 y lograr la neutralidad climática para 2040.